14 octubre, 2010

"El Amor no es Amado" St. Francisco


Que terribilísimo sería el darnos cuenta que después de algún tiempo que andamos en el Señor nos alejemos de Él, es un pensamiento terrible pero posible, posible si descuidamos nuestra piedad y nuestras labores de apostolado. El Señor está en condiciones de amarnos, ayudarnos y en condiciones de salvarnos, pero ¿Lo hemos dejado? Que fariseos somos en ciertas ocasiones, que doctores de la ley que nos quedamos en lo superficial y no vamos al fondo del asunto.
“Ay de ustedes que construyen los sepulcros de los profetas” Que hemos construido en nuestra vida diaria, ¡quizás sepulcros blanqueados! Que debilidad en nuestros propósitos de luchar por el Señor.

La clave está en no descuidar la oración e incluso redoblarla, e incluso esforzarnos más pues
con los fuertes ataques del enemigo lo único que podemos hacer es esperar que la gracia de Dios nos rescate y nos ayude.

Oh virgen inmaculada no permitas que mi corazón se desvíe de tu lado, no permitas que mi corazón se pierda entre tanta lucha y que no pueda buscar tu amor de misericordia y justicia, que no pueda encontrarte en el verdadero camino que tú tienes para que yo llegue a Cristo.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
“Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

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