13 octubre, 2010

Miércoles 13 de octubre de 2010. Lc 11, 42-46

¿Qué es lo más importante? Practicar la justicia y el amor de Dios.

Justicia: darle a cada uno lo que se merece. ¿Qué se merece cada uno? Un Cristo en la cruz…

Amor: Hacer lo que Jesús hizo por nosotros.cash-luna-lobo-oveja[1]

Justicia + amor = Cristo.

Hay que ser como Cristo, hay que dar a Cristo, hay que recibir a Cristo, buscarlo y vivirlo.

De nada sirve hacer todo lo otro sin tener esto presente. De nada sirve la limosna por filantropía (sin tener a Dios), de nada sirve el conocimiento sin amor para llevarlo a la práctica. De nada sirven las palabras bonitas y las leyes si nuestro corazón está marchito por el pecado deliberado. De nada sirven las cosas de este mundo si nos falta el amor.

¿Y se podrá amar a Dios sin amar lo que Él ama? No, imposible. No se puede decir que se ama a a Dios y a la vez despreciar las cosas que Él ama. No se puede amar a Dios y no amar al prójimo. No se puede amar a Dios y despreciar la creación. No se puede amar a Dios sin amar intensamente a su Madre.

Madre Inmaculada, no quiero ser un sepulcro blanqueado, más bien quiero ser una blanca alma sepultada en el amor de Cristo.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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