16 abril, 2010

16 de abril

¿A qué sabe una bandeja Paisa? hay tanto que degustar que no terminaría uno de explicarlo. 
Este evangelio me hizo pensar en esto, no por la comida sino porque tiene tantos elementos maravillosos y enriquecedores que uno no sabe en que enfocarse para la Lectio. Haré un intento.

Quisiera retomar el tema de las señales de Jesús. A través de las señales la gente lo seguía y la gente lo reconocía. Las señales de Dios para los hombres existen para reconocerle y es por esto que perduran. La señal de la Virgen perdura, así muchos confundidos lo nieguen, y así le reconocemos. La señal de los clavos perdura, a pesar de la resurrección que hace perfecto el cuerpo, para reconocerle. En este pasaje la gente lo seguía por las señales que realizaba en los enfermos y finalmente lo proclaman como el profeta que había de venir por la señal que acababa de realizar: la multiplicación de los panes y los peces.

¡Oh Dios que conoces nuestra dependencia sensible para llegar al conocimiento aún de lo trascendente! Que te hiciste visible a través de tu Hijo y que a pesar de tantas señales que nos dejó, lo crucificamos y rechazamos.

Que a pesar de nuestra torpeza ante la evidencia de tu amor, nos sigues buscando como a ovejas perdidas y nos sigues esperando como hijos pródigos que somos; ayúdanos a distinguir e identificar todas las señales con las que cotidianamente nos muestras tu grandeza, que aprendamos a reconocer las señales de los tiempos que vivimos y que podamos actuar coherentenmente de la mano de nuestra Madre María quien es una señal viva de tu Amor desde la encarganción y la hermosa señal que aparece en el cielo vestida de sol con la luna bajo sus pies. Amén

Dios les bendiga

German Tamayo

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