04 junio, 2010

Viernes 4 de junio de 2010. Mc 12, 35-40 GL

Jesús es Dios. No se diga más. Jesús no puede no ser Dios, porque si Jesús no es Dios entonces Dios no existe. ¿Cómo puede ser posible que Dios haya dejado que Jesús (si no fuera Dios) lo usurpara de esa manera? Alguien podrá responder: «de la misma manera que ha permitido que tantas personas, a lo largo de la historia, se autoproclamen Dios», pero a esta respuesta podemos argumentar lo siguiente: Muchas personas se han puesto en el lugar de Dios, pero ninguno ha sido como Jesús, ninguno ha muerto, como Cristo, por TODA la humanidad, y ninguno resucitó (por cuenta propia). A todos se los comieron los gusanos, en cambio a Cristo no.

Si Jesús no es Dios, entonces Dios no existe. Si Jesús es un "iluminado" entonces ¿por qué no ha habido otro "iluminado" como él a lo largo de la historia? ¿por qué no ha existido otro hombre que haya resucitado como él? Pues, porque Jesús no es un "iluminado" sino que es Dios.

Ahora bien ¿creemos en la divinidad de Cristo? Y si es así ¿cómo es que no lo seguimos con toda el alma, todas las fuerzas y todo el corazón? Lo que sucede es que tenemos muy poca fe y nuestra creencia en Jesús sigue siendo muy leve, muy cómoda, muy superficial. Creo en Jesús hasta la comodidad, pero cuando mi creencia me obliga a desacomodarme entonces no creo más.

María en cambio creyó totalmente. No le importó que su Fiat implicara cambiar completamente su vida, incluso su plan de permanecer sola y sin familia se vino abajo con el anuncio del ángel. Sin embargo María sí se desacomodó.

¿Quién pudiera ser como tú, María?

San Beda. «Esta pregunta de Jesús nos sirve todavía hoy para rebatir a los judíos. A los que de entre ellos confiesan que ha de venir el Cristo, pero consideran a Jesús sólo como un simple y santo varón de la raza de David, instruidos por el Señor preguntémosles: ¿cómo es que, si no es más que un simple hombre y solamente Hijo de David, le llama éste su Señor en el Espíritu Santo? Lo que se les reprocha, pues, no es que le llamen Hijo de David, sino que no le crean Hijo de Dios». (Catena aurea ES 7235)

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

Gabriel López


 


 

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