20 agosto, 2010


El mandamiento principal nos dice el Señor es amar a Dios sobre todas las cosas y lo descrive en tres partes, aunque son una unidad, es importante que nos detengamos a meditar en las tres partes que nos propone el mísmo Cristo.
"Amar a Dios con todo tu corazón" como amar Dios con el corazón, el mísmo Cristo nos lo enseña cuando nos dice "dónde esta tu tesoro allí estara tu corazón" quiere decir que lo primero en nuestra vida ha de ser el Señor, el amor al Señor por encima de las personas, nuestro trabajo, nuestro estudio, nuestro apostolado inclusive; para amar a nuestro Señor debemos renunciar a toda nuestra voluntad, anuestros gustos aúnque sean buenos, renunciar a nuestro querer, para que en nuestro corazón viva el corazón de Jesús.
"Con toda el alma, podria decirse que es igual al corazón pero es mucho más alto, renunciar a todo para amarlo, hasta el punto de elevar nuestra alma tanto en la oaración que este unida al amor de Dios, es decir con nuestro corazón amar al projimo y las cosas buenas del mundo creado por Dios y con el alma solo a Dios que este llena sólo con la presencia de Dios, como lo hizo nuestra madre, amo tanto con su corazón a los hombres que entregó el Hijo de sus entrañas, y así amó tanto a Dios que le entrego toda su vida sin dejar nada para ella.
Con todo el ser se integra lo que es él amor a Dios sobre todas las cosas como lo dice el Apóstol Pablo, bajandolo hasta los hombres, con el sentido de practicarlo en el projimo y por eso nos dice: "Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".


Madre Santa enseña nos a amar al Señor y con tu corazón en nuestro corazón cumpliremos este mandamiento, que no es un mandamiento, sino un deber de nosotros por ser nuestro creador y por amarnos tanto.

El papa Juan Pablo II es el reflejo del amor a Dios sobre todas las cosas y es el que nos enseñó amar con el corazón de nuestra madre, consagrandose a Élla, al Señor.

San Antonio prega per me.

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