13 agosto, 2010

JESÚS EL AMADO



Jesús habla de los matrimonios y del adulterio, ¡Qué importancia tiene este tema, pues el señor habla de la indisolubilidad del matrimonio. Cuando hay un matrimonio legítimo esta pareja se convierte en una sola carne, ya no son dos sino una sola, y es aquí donde radica la importancia de la vida de estos que se entregan el uno al otra para amarse. Ellos han decidido hacer feliz la otra persona por lo tanto se entregan y donan su ser sin embargo esta donación para que sea fecunda y sublime debe realizarse en las manos de Jesús, pues de esta forma serán
los sarmientos que están pegados a la vid para que den frutos.

Por otro lado existe un matrimonio bastante especial y es el matrimonio con Cristo, esposo fiel. Qué alegría poder decir ¡He entregado mi vida por Cristo! ¡Él es mi esposo! ¡Él es el esposo de mi alma! Que sublime la entrega de la castidad por el Señor, como dice el evangelio, este lenguaje no es para todos, pues cada uno está llamado a una vocación, unos serán completamente felices en e matrimonio y otros sabrán hacer lo mismo al hacerse “Eunucos” por el reino de los cielos. Es una configuración con Cristo, que se hace uno en nosotros.

El llamado final es a la santidad, cualquiera que sea el camino, el Señor sabe poner en el corazón la forma y las circunstancias lo confirmarán.
Señor que hagamos tu voluntad que nuestra entrega sea fiel a ti, que por encima de todo estes siempre tú.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
“Ad Maiorem Dei Gloriam per Mariam”

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