18 agosto, 2010

Miércoles, 18 de agosto de 2010. Mt 20,1-16

“Al caer la tarde salió de nuevo”… 'Vayan también ustedes a mi viña' ¡qué lindo Dios! nunca se cansa de buscarnos, llama en la madrugada, a media mañana, al medio día, a media tarde y al caer la tarde, ¡es mucha la mies!, y por solo una hora de trabajo, de unión con Dios, se evangelizan las almas, por una personita que se convierta por nuestra inmolación ya hay fiesta en el cielo, y por pura misericordia Dios nos comparte tan maravilloso tesoro, participar de la gloria eterna.

A veces nos comportamos como los obreros contratados en la madrugada, creemos que por mas obras extraordinarias ante los ojos humanos merecemos más de Dios, creemos que por predicar, por tener reconocimiento del mundo, merecemos más, pero en realidad, los últimos en aparecer, los que hacen obras de amor en silencio, los que son despreciados por el mundo, a los que nadie había querido contratar, esos, son los que se sienten útiles y quizás trabajan con amor sobrenatural, entonces tienen un primer lugar en la hora del pago, no les toca esperar, no les toca purgar, porque han esperado y han sabido responder al llamado Divino.

Mamita María, pronuncia en mí tu fiat, para ser fiel en todo momento, para tener tu mortificación universal, tu caridad ardiente, para amar a Dios en todo momento, con mi sacrificio, inmolación y entrega desinteresada. Gracias mamá, Totus tuus.

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