21 agosto, 2010

Sábado, 21 de agosto de 2010. Mt 23,1-12.

"Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés”… “hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras”

La soberbia de los escribas y fariseos brotaba de su estudio desordenado y conocimiento de la ley, y en consecuencia, se consideraban doctos y maestros por la autoridad de sus conocimientos, sin embargo no Vivian coherentemente, entonces… ¿es malo el saber, el conocimiento? No, en el evangelio, el Señor se dirige a la multitud y a los discípulos, enseñando que es necesario saber la ley con el fin de vivirla, es nuestro deber trasmitirla, pero que la autoridad que nos guía es Dios mismo, es quien hace eficaz el apostolado con nuestra propia vida e inmolación.

Purifica mamá Inmaculada nuestra intención, danos humildad en el saber, reconociendo que éste es limitado y miserable en comparación con la Sabiduría Encarnada, pues solo vislumbramos muy poco los misterios de amor, danos un conocimiento que nos lleve a amar. Totus Tuus.

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