15 agosto, 2010

Hoy la Iglesia celebra la Solemnidad de la Asunciçon de la Virgen María a los cielos y el Evangelio que hoy nos refiere, la Iglesia, de esta fiesta es la visita de María a su prima Isabel, me parese imprtante resaltar hoy que cuando María saluda a Isabel el niño que estaba en su vientre salto de gozo, y la Iglesia nos enseña que en este momento el niño, Juan Bautista, quedo santificado, lo cual nos quiere decir, que aquella Mujer que porta al Divino Maestro Santifica a los que escuchan sus palabras y consejos.

Bien podriamos quedarnos hablando de nuestra Madre, pero dejemos que sean los Santos que nos hablen de la Asunción de nuestra madre a los cielos

El doctor evangélico San Antonio de Padua. En la fiesta de la Asunción, comentando las palabras de Isaías «Glorificaré el lugar de mis pies» (Is 60, 13), afirmó con seguridad que el divino Redentor ha glorificado de modo excelso a su Madre amadísima, de la cual había tomado carne humana. «De aquí se deduce claramente, dice, que la bienaventurada Virgen María fue asunta con el cuerpo que había sido el sitio de los pies del Señor». Por eso escribe el salmista: «Ven, ¡oh Señor!, a tu reposo, tú y el Arca de tu santificación». Como Jesucristo, dice el santo, resurgió de la muerte vencida y subió a la diestra de su Padre, así «resurgió también el Arca de su santificación, porque en este día la Virgen Madre fue asunta al tálamo celeste»14.

Nos dice San Bernardo refiriendose sobre nuestra Madre: “No se aparte María de tus labios ni de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora, no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si la contemplas. Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; si ella es tu guía, no te fatigarás; y si ella te ampara, llegarás felizmente al puerto”.

Madre Santisima no hay nadie que se pueda resistir a tu amor, permiteme amarte con todo mi corazón, dejame ahondar en el misterio de tu colaboración en la salvación de la humanidad para enseñar a las personas que no te aman que tú ers la reina del cielo. Mí Señor enamorame profundamente de tu Madre para amarla como ella se merece, con tú amor.

Alma de San Jose Marianizame.

San Antonio prega per me.

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