27 septiembre, 2010

El LLamado a la Pequeñez


¿Quién es el más grande? Es con esta pregunta que empiezan a debatir los apóstoles, y es una notoria de nuestro apetito de sobresalir y estar por encima de los demás y a esto Jesús responde muy claramente y contundentemente. El que es más pequeño entre ustedes es el más grande en el reino de los cielos. Es una lógica diferente la de Jesús y la del mundo, mientras el mundo pide el prestigio y la llamada a sobresalir por encima de todos, Jesús llama a sobresalir por debajo de todos, es decir en el servicio a los demás desde cualquier punto o estado de vida.

El que se haga niño podrá encontrar el reino de Dios, es más el Señor manda a ser como niños para poder entrar en el reino de los cielos, y es que los niños aunque en ocasiones imprudentes, actúan siempre con rectitud de intención, es decir movidos por la inocencia. Jesús nos pide que sirvamos a los demás con rectitud de intención y que aprendamos a escoger lo pequeño, lo que parece nada pues en esto se sirve con más esfuerzo y con más rectitud de intención.

El Señor nos llama a que busquemos siempre actuar por amor a recibir a Jesús y no por recibir a los hombres, es importante que el que se hace como niño se cree pequeño y busca siempre de Dios para poder estar cerca de Él y no despegarse de su mano paternal.

Madre enséñame a ser un niño para Dios, a ser un niño pequeño que ame continuamente en cada movimiento de mi vida, si camino, si corro, si lloro, si oro, si grito, si juego, si me alimento, si descanso, si ayudo al otro, si estoy con mi familia, que en todo momento tu misericordia que es la que irradia Jesús en la cruz me llene mi er y que no pierda un segundo en adorarlo a Él, el sumo Rey.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
“Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

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