“Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo”
El origen de Jesús empieza con María, con el nacimiento de la Virgen que había sido destinada para llevar en sus entrañas purísimas al Señor, que pronunciaría el sí a Dios, quien nunca pecó, quien ansiaba la venida del Mesías… Sí mamá, antes de que habitara la gracia en mi alma, antes de que conociese la misericordia y el amor infinito de Dios, tú estabas ejerciendo tu maternidad espiritual conmigo, ¡me presentaste a Jesús! Me devolviste la dignidad, eres mi ejemplo, mi modelo a seguir, gracias infinitas por tu poderosísima intercesión.
¿Cómo puedo agradecerte?
Amor con amor se paga, ¡que ingratitud la mía sino me consagro totalmente a Ti!, por eso hoy renuevo mi entrega total a ti, a tu disposición, a tu querer que es el mismo de Dios, te pertenezco y te imploro que no me dejes perder, antes bien, que todos los días crezca en amor a ti y a tu divino Hijo, que sea el reflejo de tu corazón inmaculado en el mundo.
Mi queridísimo San José, después de Jesús, amabas extremadamente a la Virgen María, y como nunca llegaré al amor que le tuviste, hoy te imploro que pueda serle fiel como tu, que pueda tener un mínimo de tu entrega a ella, gracias por no juzgarla y por tu amor castisimo, silencioso y constante a los dos Corazones.
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