14 septiembre, 2010

Martes, 14 de septiembre de 2010. Lc 7, 11-17

Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.»



Mi adorado Jesús, tu sabes cuantas lagrimas derrama a diario nuestra amadísima madre María por sus hijos que están muertos por el pecado, por los que te ofendemos diariamente, hoy te suplicamos que no mires nuestros pecados, no mires nuestra mediocridad, sino que por ella, por el amor que le tienes, derrames abundantes gracias a toda la iglesia, a lazos de amor mariano, a toda la humanidad, para que haya muchísimas conversiones, y así la Virgencita no llore más.



Mi Dios, nos has visitado en tu infinito amor, no tienes barreras para sanar, no hay criticas y rechazos que te impidan actuar, no hay viaje a Naín que te haya impedido mirarnos con compasión, siempre tienes tiempo para tu misericordia, nos visitas, aun cuando menos lo esperábamos, solo tenemos que dejarte ser Dios, dejarte actuar, y por ello con la fe de María, queremos pronunciar nuestro sí, hágase como has dicho. Gracias por darnos a la Virgen María en la cruz, bajo sus cuidados nuestra alma siempre estará segura.

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